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Arroyomolinos
Breve Reseña Histórica
Los primeros restos de población en Arroyomolinos, se
encuadran dentro del neolítico, buen ejemplo de ello son las
puntas de sílex y los restos megalíticos en el llamado “Cerro la
Horca”. A la edad de los Metales se remontan dos castros
situados en la Morra del Pajar y en la Herrumbrosa; dado la
cercanía de esta villa con dos Rutas comerciales como son la
Ruta de la Plata y la Vía de Medellín-Cáceres podemos pensar
que hubo un contacto comercial con el mundo fenicio y los
pueblos indoeuropeos. Del mundo romano destacan numerosos
restos de villas cercanas a
la población, una
construcción militar en la
finca Los Castillejos, pero
el mejor legado romano,
sin duda, que conserva esta
villa son los númerosos
molinos de agua que se
sitúan en la Garganta,
actualmente se pueden
c o n t e m p l a r u n o s
veinticinco, donde se
aprecia la impronta romana en el
magnífico trabajo del sillar, aunque
han sido reutilizados a lo largo de
la historia hasta los años cincuenta
del s.XX. Del mundo visigodo no
se tienen vestigios en esta
población aunque cabe destacar la
cercanía de la Basílica de Santa
Lucía de trampal en Alcuéscar. Con
la llegadas de los árabes,
Arroyomolinos vivió una época de
esplendor, desarrollo cultural y económico prueba de ello
son los tres barrios que existieron; judíos, mozárabes y
cristianos, el mejor vestigio de esta cultura es la toponimia
de una calle que conserva el nombre de Calle Judería. Restos
arquitectónicos árabes se conservan gracias a las numerosas
fortalezas construidas
como sistema defensivo
ante el peligro cristiano,
como son la de
Mudalpelo (finca la
Jarilla) y Morillas
Madruga (Herrumbrosa).
Una vez
reconquistada la villa,
en los primeros años del
1200; Arroyomolinos
junto a toda la comarca
de Montánchez es donado a la Orden de Santiago en 1236
por Alfonso IX de León, paso a ser villa santiaguista,
perteneciendo a la Orden de Santiago hasta el 1833 año en
el que se llevo a cabo la desamortización de Mendizábal,
formándose en estos seis siglos el pueblo que ha llegado a
nuestros día, construyéndose a finales del s. XV principios
del XVI la iglesia Nuestra Señora de la Consolación, obra
tardo-gótica donde destaca su amplia nave, con bóveda de
crucería en el ábside, sepulcro, púlpito y portada ya de estilo
plateresco con una profusa decoración, obra de fina talla,
aunque lo más
característico de esta
monumental obra es la
t o r r e - c a m p a n a r i o
situada a los pies
sustentada por cuatro
pilares, permitiendo así
el paso por debajo. Del
interior destacan sus
retablos barrocos y la
Virgen de la Leche,
pintura hispano-flamenca, de gran calidad. Se conservan
numerosos escudos de la Orden de Santiago, y de las doce
ermitas que llegó a tener, hoy sólo queda en pie la de San
Sebastián situada en la calle Cervantes destacando en su interior
la escultura de San Sebastián, del sevillano Roque Balduque,
escultor renacentista que también realizó el retablo de la
concatedral de Cáceres. Hecho destacado y con el que
Arroyomolinos pasó fronteras hacia Inglaterra sucedió en la
Guerra de la Independencia, el 28 de octubre de 1811 en la
que el ejército anglo-portugués junto a los vecinos de
Arroyomolinos, bajo las órdenes del general Hill abordaron
por sorpresa las tropas francesas, llegando así la victoria inglesa.
Como consecuencia de la batalla todos los años, el día 28 de
octubre se celebra lo que llaman el “Arroyo Day”, con una
parada militar conmemorativa en la gran columna elevada en
honor y memoria a Welligton, en Trafalgar Square, de Londres,
donde figura el nombre de Arroyomolinos. Dando un salto
en la historia llegamos a la Guerra Civil destacando de esta
etapa el Éxodo hacia Medellín descrito por Justo Vila Izquierdo
en su obra “Extremadura:
La Guerra Civil.”
Hoy día lo más destacado es la
desaparición casi por completo
de la emigración, y el ncipiente
desarrollo del turismo gracias
a la conocida Ruta de los
Molinos.
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